El infiltrado de Antorcha en el grupo San Mateo

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Comenzó como un secreto a voces durante la intensa lucha interna que vivió el PRI para renovar su comité directivo en Atlixco.

Descabelladas teorías conspiratorias sembradas por maliciosos militantes en ambos bandos señalaron a unos y otros como traidores de sus respectivas causas.

La cacería de brujas cesó una vez que Antorcha obtuvo el triunfo con Mario Pedro Benavides: los supuestos espías nunca fueron delatados.

Pero la política de la paranoia volvió a hacer de las suyas al comenzar el proceso electoral 2018.

Una bomba de lodo fue vertida en los prístinos jardines de San Mateo y los integrantes de este influyente grupo (o lo que queda de él) comenzaron a mirarse con desconfianza una vez más: sin la menor prueba de sus dichos, un ex presidente municipal regó el rumor de que Raymundo Huerta era un infiltrado de La Concha.

Sin mediar su sano juicio, la mayoría de esta apolillada congregación tomó el infundio como cierto y aplicó la ley del hielo al ex candidato a la Secretaría General del PRI.

¡Ver para creer!

Quien dio la cara en la guerra interna contra Antorcha en nombre de una generación de priistas venida a menos ha recibido a cambio un portazo de expresa ingratitud.

En el colmo del absurdo, esta pandilla de cadáveres olvidó que su resurrección en el escenario político se debe por completo a quien ahora acusan de traición.

¿Qué hay detrás de este repentino golpe de timón en la rancia camarilla tricolor?

La resucitada ansia de poder.

Y es que la ilusión de contar con nuevos bríos nubló su juicio.

De qué otra manera se explica que una comitiva de dinosaurios desdentados ande en busca del amor de todo cuanto aspirante ha surgido hasta ahora.

Esto no es secreto.

Los encuentros de estos lúgubres personajes con azules y morenos trascienden la clandestinidad por los banales asuntos que los motivan: dinero, despensas y lugares en sus planillas a cambio del apoyo de la mítica maquinaria priista con el pretexto de seguir combatiendo el avance de Antorcha Campesina.

Sobra decir que hasta hoy nadie les ha cambiado el oro por espejitos.

Es quizá esta razón por la que se alista el destape de su propio candidato. ¿Y quién mejor que el hijo de quien orquestó la expulsión de Raymundo Huerta?

Sí. Ordóñez junior utilizará el más viejo truco priista. Aspirar a lo más grande para recibir lo más pequeño: una de las 3 primeras regidurías en la planilla tricolor.

Y aquí el honor, la reputación y el buen nombre desaparecen para dar paso a la ambición.

¿No será una contradicción formar parte de la candidatura que seguramente encabezará la mismísima Hersilia Córdova Morán?

¿Acaso no se trataba de quitarle votos a un PRI secuestrado por Antorcha?

¿Con qué cara el junior de San Mateo pedirá el voto sin favorecer la llegada de la mafia de Tecomatlán al ayuntamiento de Atlixco?

¿Quién habrá traicionado a quién después de todo?