Zacatlán es Heróica Ciudad, tras un largo caminar

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Hace casi un año, en Octubre de 2016, el cronista Sergio Ramos González tuvo a bien acercarse conmigo en mi calidad de representante popular, me platicó que por años había intentado encontrar eco a su investigación sobre el papel que Zacatlán jugó en la historia independentista de nuestro país, sin que alguna autoridad le escuchara, su planteamiento era puntual, darle la denominación de Heróica Ciudad.

Se dice fácil, pero no lo es. Se trata en primera de un trabajo coordinado, en equipo, donde si bien se requiere de una investigación, como la que Sergio Ramos había venido realizando, también resultaba indispensable la gestión legislativa para obtener el nombramiento y es ahí donde con gran orgullo tomé el proyecto y decidí abrazarlo hasta llegar a buen puerto.

Les quiero platicar un poco de las razones por las que, tras casi un año de trabajo legislativo, de cumplir procesos, de presentar requisitos, tocar algunas puertas y consensar con mis compañeros diputados del Congreso Local, hoy Zacatlán es Heroica Ciudad.

Zacatlán, municipio serrano y pueblo mágico, está conformado por 97 localidades. El 30 de agosto de 1811, entonces Villa, el insurgente Francisco José Osorno la toma por asalto y convierte en su centro de operaciones, lo que a la postre le valió su inscripción en el Libro de Oro de la Patria.

También fue punto de encuentro de los grandes líderes de la insurgencia que estuvieron al lado de Morelos de 1811 a 1815 en la región denominada Departamento del Norte, con Mariano Aldama, en una primera fase. Posteriormente llegaron Ignacio López Rayón, José de San Martín, el impresor José Rebelo y en la última etapa Nicolás Bravo.

Cabe mencionar que entre los personajes surgidos durante esta gesta en Zacatlán, destacan Vicente Beristáin de Souza y José Luis Rodríguez Alconedo. 

El primero se une a Osorno y éste le encarga levantar una maestranza que funcionará como establecimiento militar para almacenar, distribuir, construir y reparar piezas de artillería, en el cerro de San Miguel Tenango, sitio idóneo para no ser molestados por las tropas realistas. 

Montó talleres de fabricación de pólvora y cañones, recompuso diversos tipos de armas, sin olvidar la importante tarea de acuñar moneda para solventar la insurgencia y los llamados “resellos”, también llamadas “monedas de Osorno”. 

Beristáin fue parte activa de la toma de Pachuca el 23 de julio de 1812, donde se hizo del botín de la real hacienda del lugar, así como de cañones, fusiles, pistolas, machetes, lanzas, repuestos de cartuchos, granadas cebadas, que fueron bien utilizados por los insurgentes. 

Por otra parte, Rodríguez Alconedo fue quien realizó el diseño del emblema de un águila parada sobre un nopal, sin la serpiente en medio de una laguna, que se convirtió en el emblema del escudo nacional que, con algunas modificaciones, es lo que ahora nos da identidad como mexicanos. Dicho diseño, no está por demás decirlo, fue inspirado y grabado en la región zacateca. 

Muchos de los logros de Alconedo se dieron en tierras zacatecas, sitio donde la patria forjó sus armas, sus sueños, su liberación final.  

Justo ahí atestiguó cómo las tropas insurgentes se formaban de muchos girones fantásticos que se llenaban de gloria y que venían de diferentes partes del altiplano y del golfo, como Apan, Texcoco, Chignahuapan, Xicotepec, Huauchinango, de la misma Puebla, Papantla, Nautla, Tetela, Calpulalpan, Tlaxco, entre otros sitios.

Esto sólo por mencionar algunos de los muchos episodios históricos y de valentía ocurridos en Zacatlán.

No en vano el Profesor Pedro Ángel Palou Pérez, Presidente del Consejo de la Crónica del Estado escribió al respecto en su estudio sobre Alconedo “dos metros cuadrados sobran para levantar una Patria”

Y con igual orgullo podemos rememorar las vertidas por José Vasconcelos, que al mismo hecho anota “no fue un valor al servicio exclusivo del ideal religioso. Sus manos de orfebre dirigieron la fundición de culebrinas insurgentes. Conoció las tribulaciones de la prisión injusta, del destierro despiadado, y la gloria sangrienta del patíbulo. La figura de Alconedo la más prócer y las más valiosa de las que la tierra poblana ha dado al arte nacional, fue anunciador de la transformación renovadora que vino después, y de la cual es el insigne Alconedo uno de los más valientes precursores”.

Con la aprobación de la iniciativa presentada por su servidora, se da testimonio de quienes participaron decididamente en las transformaciones que se suscitaron en nuestro México desde tierras zacatecas, lugar donde se fundieron los metales y se labró la madera que sirvió para fabricar las armas que requería el movimiento insurgente, así como para conmemorar la valentía y patriotismo de quienes participaron en dichos acontecimientos. 

Después de los meses de trabajo, la aprobación, por unanimidad, del Decreto  para la denominación de “Heroica Ciudad de Zacatlán” no sólo es un orgullo, sino un gran logro compartido.

El mismo Decreto especifica que “Heroica Ciudad de Zacatlán” deberá ser usada en toda documentación oficial, imágenes o leyendas emblemáticas de carácter público, en las que se haga mención del municipio.

Agradezco profundamente el apoyo que en esta tarea recibimos de Don Pedro Ángel Palou Pérez, de mi amigo Marcos Flores, presidente municipal de Zacatlán y de quienes integran al Cabildo, por estar siempre atentos a cumplir con los requerimientos solicitados.

Sólo me resta felicitar a los habitantes de la Heroica Ciudad de Zacatlán, que orgullosa se levanta a la entrada de la Sierra Norte poblana, con su riqueza natural, gastronómica, artesanal y la más importante, su gente.

Espero sus comentarios.

Maiella Gómez Maldonado

Diputada Local Distrito 03 Zacatlán

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