El costo de pensar distinto
Celebrar el Día de la Libertad de Expresión en el país más peligroso para hacer periodismo, es tan aventurado como celebrar la libertad de pensamiento en la Granja Animal liderada por el cerdo Napoleón, personaje creado por Goerge Orwell en su libro “Rebelión en la Granja”.
Aunque la obra es una sátira del socialismo de Stalin, la profundidad del mensaje traspasa fronteras y se inserta con toda claridad en cualquier democracia endeble, donde las instituciones se someten a la voluntad de un solo hombre y terminan por hacer de la prensa un instrumento controlado a través del presupuesto.
Para hablar de libertad de expresión tendríamos que conocer antes las condiciones de seguridad existentes en un territorio –las que el Gobierno otorga- y a partir de ello, nos quedaría completamente claro el tipo de periodismo posible de hacer.
Ya no hablamos del deber ser del periodismo, sino del periodismo posible, del que las instituciones y los cotos de poder permiten realizar siempre y cuando sus intereses no se vean directamente afectados.
El control llega, entonces, a través de una llamada telefónica, ya sea hecha desde atrás de un escritorio que “recomienda” publicar tal o cuál nota y foto en portada, o desde la clandestinidad para exigir un “bájale de huevos”.
Aunque los gobiernos en México se ufanan por dar apertura a los medios de comunicación para “decir cualquier cosa sin que pase nada”, lo cierto es que si alzas la voz te cortan el presupuesto, amenazan con quitarte la concesión o legislan supuestas leyes a favor de la prensa, cuando en realidad coartan el derecho a pensar distinto.
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Cuando el cerdo Napoleón hizo un banquete en honor de sus invitados humanos, los miembros de la granja se dieron cuenta de que sus líderes se habían convertido en una clase dominante, contraria a los ideales que dieron origen a la ‘Granja Animal’ y entonces, pidieron al burro Benjamín –uno de los pocos letrados-, leer el último mandamiento que permanecía escrito:
– “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.
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