El aborto y las mujeres en Puebla

Legal, ilegal, moral, inmoral, el aborto es una práctica que puede salvar más vidas de las que pierd

Legal, ilegal, moral, inmoral, el aborto es una práctica que puede salvar más vidas de las que pierde.

Un aborto clandestino por lo general tiene consecuencias para la salud de la mujer. Según cifras de atención hospitalaria, tan sólo en 2009 aproximadamente 159 mil mujeres mexicanas fueron atendidas por complicaciones derivadas de abortos inducidos. Para entender más sobre el tema hablamos con la química Irma Granados Hernández, quien después de trabajar por más de 25 años en el Hospital del Niño Poblano y jubilarse en el Hospital de Ginecología y Obstetricia del IMSS nos narra su experiencia en el sector salud.

“Cuando llegan mujeres que se realizaron un aborto clandestino a hospitales del sector salud regularmente es por consecuencias graves como perforaciones o sangrados que ponen en riesgo su vida. Es común recibir a jovencitas en condiciones deplorables y sin entender la magnitud del problema. En las instituciones de ginecología y obstetricia se debe dar toda la atención necesaria para evitar “poner en riesgo la vida de la paciente“.

De acuerdo con el estudio “Embarazo no planeado y aborto inducido en México: causas y consecuencias”, la penalización del aborto no evita su práctica. Se estima que la mitad (54 por ciento) del total de embarazos no planeados en México se resuelve mediante un aborto inducido, a pesar de que esta práctica sea ilegal en 31 de los 32 estados de la república.

“La prohibición legal del aborto nunca ha impedido su práctica clandestina, cuyas consecuencias adversas afectan sobre todo a las mujeres de los sectores pobres, que carecen de recursos económicos e interrumpen sus embarazos bajo condiciones de inseguridad. Por ello, uno de los propósitos de la despenalización del aborto es eliminar la injusticia social que genera la ilegalidad y atenuar los costos humanos, económicos y sanitarios.

“Desde el punto de vista de salud pública se ha observado que en países donde no es legal se propicia que se incurran en métodos con alto riesgo para la salud de la madre, inclusive la muerte.

Las causas directas de la mortalidad materna incluyen: eclampsia, preclampsia, hemorragias, infecciones y abortos inseguros”.

La eclampsia es una enfermedad que afecta a la mujer en el embarazo o el puerperio, que se caracteriza por convulsiones seguidas de un estado de coma; suele ir precedida de otras afecciones como hipertensión arterial, edemas o presencia de proteínas en la orina.

En abril de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde vive aproximadamente un 7.87 por ciento de la población mexicana, aprobó la despenalización de la práctica del aborto inducido a petición de la mujer hasta las doce semanas de embarazo. La asamblea, por 46 votos a favor, 19 en contra y una abstención, aprobó la reforma del artículo 144 del Código Penal de México D.F, ahora Ciudad de México. Sin embargo la mayoría de los abortos que ocurren en otras partes del país son practicados clandestinamente y muchos de ellos se realizan bajo condiciones insalubres usando métodos inseguros.

“En hospitales públicos se trata a las pacientes que llegan por complicaciones, no se realizan abortos inducidos, lo cual con todas las reformas al sector salud debe cambiar. En hospitales del sector salud solo cuando está en riesgo la vida de la madre es permitido el aborto. En clínicas particulares sí es común ver casos de abortos

La información sobre los aspectos legales del aborto que se transmite en las escuelas de medicina no favorece la comprensión adecuada de las leyes y contribuye a fomentar los estigmas morales sobre la interrupción del embarazo. No es raro que en los textos de medicina legal se aluda al aborto inducido como "aborto criminal" y que se califique a quienes lo practican con términos como el de: "abortadores profesionales" o “espanta cigüeñas”. Por este motivo se recurre a la clandestinidad”.

En México se estima que casi el 30 por ciento del total de abortos son inducidos con el medicamento misoprostol. De ese 30 por ciento de casos se estima que un 39 por ciento requirió intervención médica, esto se debe al inadecuado conocimiento y uso del medicamento, reporta el estudio realizado por Guttmacher Institute.

“Una mujer no debe realizarse un aborto inducido si tiene un embarazo de más de nueve semanas.

Misoprostol produce contracciones del útero. Como consecuencia, el útero expulsa el producto del embarazo. Pueden producirse calambres dolorosos, sangrado vaginal mayor al de una menstruación normal, náuseas, vómitos y diarrea. Hay un riesgo de fuerte hemorragia que requiere la intervención de un médico. La posibilidad de que un aborto con Misoprostol sea exitoso es mayor al 80 por ciento. Para justificar un aborto inducido o legrado “legal” se da este medicamento y cuando la paciente se presenta con sangrado legalmente se puede realizar el aborto argumentando que la paciente viene sangrando”.

En contraste con Puebla, en donde según la química Irma Granados Hernández, la mayoría de las personas que llegan a clínicas por lo general van acompañadas de alguna amiga o en el mejor de los casos de su pareja sexual, en la Ciudad de México, en donde el aborto es legal, afirma Armando Ahued, secretario de Salud capitalino, 98 por ciento de las jóvenes acuden acompañadas de sus madres, lo que indica que el tema dejó de estar en la clandestinidad.

Por Tanya Núñez y Hugo Huerta