Viaje a la tienda de un mexicano en Florida

Ana Paula Martínez

Por afuera luce como cualquier tienda de muebles, diferentes espacios acomodados para lucir como salas, recámaras y hasta una cocina. Sin embargo, a diferencia de cualquier tienda de muebles, todos los productos son piezas únicas hechas en una bodega en la parte de atrás.

El reloj marca 9:03 de la mañana. Suena la campanita anunciando mi llegada. El aroma cálido y sutil de madera llena el enorme salón repleto de piezas únicas. Alejandro Romero Gutiérrez llena el marco de una puerta al final del salón. Sus pasos hacen eco sobre el piso blanco de mármol y se acerca a saludar.

Alejandro nació en Cholula, Puebla. A los 16 años decidió buscar más oportunidades y arriesgó su vida cruzando la frontera. Ahora, después de 20 años y seis ciudades diferentes, Alejandro es dueño de una de las tiendas de muebles de diseñador más cotizada en Wynwood, el distrito de arte de Miami.

Hoy en día, hay 11.6 millones de inmigrantes mexicanos viviendo en Estados Unidos, representan 28.3 por ciento de todos los inmigrantes en este país.

A partir de 2102, 6.7 millones (59 por ciento) de los estimados 11.3 inmigrantes ilegales en Estados Unidos provienen de México.

Son las 9:50 de la mañana, se revela a la distancia el zumbido de una máquina. Después de un café sobre una elegante sala de madera con cojines blancos, Andrea, la recepcionista, abre la tienda y comienza a organizar las citas de hoy.

Al ser un país de inmigrantes, la economía estadounidense depende en gran parte de los negocios pequeños recientemente establecidos, y los inmigrantes son los que más negocios abren. En 2010, la tasa de creación de empresas por mes entre inmigrantes estuvo en un 0.62 por ciento. Es decir, de cada 100 mil inmigrantes, 620 empezaron una empresa cada mes, a diferencia de no-inmigrantes que se mantuvieron con una tasa de 0.28 (280 de cada 100 mil nativos americanos abrieron un negocio por mes).

Pasamos a la bodega, de donde proviene el zumbido. Cinco trabajadores, tres hombres y dos mujeres trabajan cada quien en una estación diferente. Unos están con piezas de madera pequeñas utilizando herramientas microscópicas, otro trabajan con maquinaria ruidosa, nadie alza la mirada de su tarea.

El aroma a madera cada vez se vuelve más penetrante. Cada quien tiene un trabajo diferente, cada estación tiene una tarea. 10:30 de la mañana, de la cortadora ruidosa salen cuatro patas para una mesa. 11:03 de la mañana, se montan y atornillan las patas. 11:20 de la mañana, se lija toda la mesa y se pasa a detallar. 12:00 del día, a las orillas de la mesa y en cada lado de las patas se tallan flores de todo tamaño, es un proceso difícil y tardado.

Florida es de los estados donde más inmigrantes mexicanos residen. En 2010 se reportó que era el tercer estado con más inmigrantes legales e ilegales. En primer y segundo lugar, California y Texas. A diferencia de estos dos estados, Florida y Nueva York son donde más se encuentran establecimientos de dueños inmigrantes.

Rosa, la señora que barniza, es de Veracruz; Rogelio quien corta las piezas, de Michoacán. Hilda, la que talla todos los detalles es de Sonora; así como Gustavo, el que arma todas las piezas. Eligio, el que las pule, es de Tehuacán, Puebla.

El reloj marca las 2:00 de la tarde, hora de la comida. “Yo desde niña cocinaba con mi abuela y es algo que amo hacer. Todos los jueves les traigo comida, platillos tradicionales de mi pueblo y hasta recetas que he inventado”. Ríe la señora Rosa entregando a cada quien su ración de enchiladas verdes.

Cada día un estimado de 100 a 300 mexicanos cruzan la frontera con esperanza de mejores vidas. A pesar de abrir tantos negocios, sigue siendo un largo y difícil proceso obtener la residencia estadounidense. De esos 100 mil mexicanos que entran cada año, únicamente cuatro por ciento va a obtener residencia legal en este país, cuando otro 12 por ciento puede esperar ser deportado.

Son las 3:30 de la tarde. Todos regresan a sus piezas, la señora Hilda sigue con la mesa.  5:45, barnizan la mesa para dejarla secar toda la noche, el equipo sale de trabajar a las 7.