El gobernador Miguel Barbosa Huerta sostuvo que la Auditoría Superior del Estado (ASE) no se convirtió en un “garrote político” durante la gestión de Francisco Romero Serrano, sino que fue un instrumento de extorsión.

Destacó que existe un enorme rezago en la dictaminación de cuentas públicas, que nunca fueron revisadas, nunca pasaron al Congreso, ni salieron de la ASE.

Destacó que el organismo siempre había sido manejado así, controlado por los políticos, que recomendaban y protegían a sus aliados políticos, tanto en los gobiernos estatal y municipales.

“Con el ex auditor detenido no fue garrote político, fue instrumento de extorsión, eso fue lo que fue. Hicieron de eso todo un asunto, un andamiaje de extorsión y beneficios. Me cuentan que estuvieron pidiendo papeles y papeles, en cajas, están acumulados ahí, ahí lo dejaron y no saben para qué, primero los pedían y luego los devolvían previo acuerdo”, dijo en conferencia de prensa.

Señaló que ahora el gran reto es poner al corriente la ASE y destacó que la auditora Amanda Gómez Nava es una mujer muy trabajadora y está seguro que va a cumplir con las expectativas que se esperan de ella.

Foto: archivo m

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