Atlixco, Pue. Un grupo de aproximadamente 15 boleros de esta ciudad, que  llevan en promedio una década ofreciendo sus servicios públicamente, ya no tienen trabajo desde esta semana y la situación podría mantenerse así durante más de un mes como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

Miguel Hernández es un viejo conocido. Y hace unas horas miraba, entre la incredulidad y la frustración, cómo el zócalo de Atlixco quedó inhabilitado, cerrado y cercado con cintas amarillas por la dirección de Protección Civil, como parte de las medidas sanitarias de contingencia.

“Está bien, entendemos esa situación. Pero fue de un momento a otro el hecho de quitarnos de nuestros lugares. ¿De qué vamos a vivir?, ¿de dónde vamos a sacar dinero para nuestras familia?”, preguntó.

Todo estaría mejor, agregó, sí el director de Comercio, Abasto y Vía Pública, René Tetlamatzi, o el propio presidente municipal, Guillermo Velázquez Gutiérrez, ofrecieran una alternativa para laborar estos siguientes días, señaló.

“Quizá puede ser en una esquina o en un barrio determinado. Muchos de los compañeros desean quedarse en casa... pero y ¿luego el dinero? Cierto, no hay turistas, pero un número importante de clientes son locales, la gente de Atlixco”, destacó.

Para los boleros el zócalo de la ciudad es prácticamente su segundo hogar en donde pasan 10 horas continuas de las 8 de la mañana a las 8 de la noche diariamente. Se trata de familias con varias generaciones dedicándose exclusivamente a esa actividad.

Foto: Cortesía

cdch