Izúcar de Matamoros, Pue.- Rubén Gil Campos, mejor conocido como el “Narco alcalde” de Izúcar de Matamoros, fue sentenciado a 12 años de prisión en Estados Unidos, por el delito de lavado de dinero y comercialización de sustancias prohibidas. Este hombre fue detenido cuando llevaba escasos 40 días en la administración izucarense en 2008.

El fiscal federal, James P. Kennedy, Jr., informó que "El Alcalde de México", como también es conocido Gil Campos, fue condenado por el juez federal de distrito Lawrence J. Vilardo a pasar 12 años en prisión, por operar una empresa criminal y conspiración de lavado de dinero.

La historia

El narco edil fue detenido el 22 de marzo de 2008, por federales, cuando llegó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, acusado de tráfico de drogas pero fue liberado bajo la reserva de ley y en 2014 fue nuevamente detenido en territorio norteamericano por el mismo delito. 

A pesar de que Rubén Gil Campos intentó retomar su carrera política, no le fue posible, debido que el Congreso del Estado de Puebla determinó inhabilitarlo por 12 años.  

En el año 2013, Gil Campos hizo sorpresivas apariciones en eventos públicos, en la ciudad de los Ángeles. La gente lo consideraba amigable, que fue una característica que sobresalió en su campaña cuando buscaba la alcaldía en Izúcar de Matamoros.

El 14 de enero de 2014,  oficiales de la Administración para el Control de Drogas DEA realizaron una redada en una bodega de Rubén Gil localizada en el bulevar Washington, en la ciudad de Commerce, en el sureste del condado de Los Ángeles y ahí encontraron cinco kilos de cocaína.

Rubén Gil un hombre querido en Izúcar

En Izúcar de Matamoros, y en su natal Tepeojuma, Rubén Gil se caracterizó por ser un hombre querido, amable y que ayudaba al pueblo, lo que le facilitó su llegada como presidente municipal de Izúcar de Matamoros en el 2008.

Lo que siempre llamó la atención eran las cantidades grandes de dinero en efectivo que manejaba y si alguien se le acercaba a pedir apoyo se lo daba, con dinero en efectivo. Con frecuencia a las mujeres de avanzada edad que veía trabajando o vendiendo las apoyabas comprándoles lo que vendieran y dándoselo a su gente cercana, sin importar lo que gastara.

Foto: Especial

cdch