Atlixco, Pue. Una cantidad considerable de pupitres y bancas inservibles, escritorios a punto de terminar su ciclo de uso o hasta archiveros ya sin posibilidad de rescatarlos son para ciertas autoridades escolares de este municipio un verdadero problema.

El Informe Nacional sobre Violencia de Género en Educación Básica en México, elaborado en 2017 por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (Unicef) es claro: “El deterioro de la infraestructura y del mobiliario escolar y los patios pequeños para los recreos son factores que afectan el aprendizaje en primarias y secundarias públicas del país”.

Según estadísticas oficiales proporcionadas por un grupo de maestros de Atlixco, ese tipo de basura llega a significar un complejo asunto administrativo y pedagógico. “La acumulación puede llegar hasta 80 o 90 bancas fuera de servicio en una institución”.

Cuestionado sobre por qué no deshacerse de este material, Miguel Luna, un profesor en una Junta Auxiliar, fue igual de claro: “Siguen en el inventario, y cuando hacen cuentas y no aparecen creen alguien los robó”.

Una de las soluciones a ese conflicto, según coincidió con algunos de sus compañeros, es un esquema de deschatarrización en escuelas públicas y de plano llevarse todo esto”.

Señaló es de “vital” trascendencia el llevarse todo eso y en ocasiones de ser posible sustituirlos por nuevos. “Por cuestiones de prevención de accidentes y riesgos es bueno liberar a todas las escuelas del material en desuso ya que los especialistas en protección civil alertaron del riesgo que representa el mobiliario chatarra para las niñas, niños y adolescentes”.

Y se corre el riesgo de “convertirse en espacio para animales y quizá muy cerca de donde los alumnos realizan actividades deportivas, artísticas y lúdicas”.

clh