Hilario Valenzuela Corrales, delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) inició una investigación de pozos de agua contaminados por hidrocarburos, producto del robo del energético en tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el municipio de Acatzingo.

En entrevista en la inauguración del Taller de Estrategias de Asistencia Técnica de los Programas Apoyos a Pequeños Productores y Fomento a la Agricultura, celebrado en las instalaciones del Colegio de Postgraduados Campus Puebla, Valenzuela mostró su preocupación por la contaminación del pozo que calificó de muy grave, incluso más que el derrame del hidrocarburo directamente en los campos de cultivo.

“Mantos freáticos y acuífero están en riesgo; giraré instrucciones al jefe de Distrito para que se inicie una investigación específica en los pozos a fin de que se puedan detectarse y se trate puntualmente, no podemos dejar que esto avance”, dijo el delegado que reconoció que es la primera vez que se tiene noticia de este fenómeno como tal.

Reveló que la SAGARPA no tiene dimensión de los cultivos dañados por el derrame directo en terrenos y cultivos del hidrocarburo y aseguró que éste ocurre en pequeñas parcelas cuyos propietarios y  productores no dan seguimiento a la contaminación.

Esta semana productores adheridos a la Sociedad de Riego Dos Barrancas y El Porvenir, denunciaron los incendios de sus cultivos tras regarlos con el agua de los pozos que al entrar en contacto con el calor del sol quedaron atrapados entre llamas.

Los productores sostuvieron que este problema ha sido denunciado ante las autoridades estatales y federales, sin embargo no han recibido respuesta ni atención para frenar la contaminación y el riesgo de incendios.

Alfredo Silverio Río Martínez, investigador de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Raciel Flores Quijano, director del área de Química, ambos de académicos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), entre otros investigadores, ya han alertado por el desastre ambiental que representa el robo de combustible al grado de recomendar que sea tratado como “emergencia ambiental” por el daño irreparable al suelo, pues aunque reciba tratamiento nunca volverá a su estado original ni recuperará las propiedades que se perderán en más de un 30 por ciento.