Tehuacán, Pue.- El representante de la Asociación de Derechos Humanos Rafael Ayala y Ayala, Anastasio Hidalgo Miramon, señaló que la problemática social que se vive en la Sierra Negra por la construcción de una hidroeléctrica debe ser atendida por la autoridad de los diferentes niveles, ya que podría desencadenar un problema violento más grave.

La hidroelectrica Atzalan-Coyolapa está impulsada por el gobierno estatal y federal, casi toda la maquinaria gubernamental están a favor de que se hagan las obras, de esto quienes están en oposición son las comunidades indígenas de Zoquitlan, Coyomeapan y Tlacotepec de Díaz, quienes van a defender su patrimonio y su entorno muchas y algunas veces esto puede ser mediante métodos más agresivos.

Señaló que no hay alguna autoridad o representantes en los diferentes congresos que estén a favor de la población, se han mostrado distantes y desinteresados del tema, “proyectos que son de muerte, porque no llevan ningún beneficio a las comunidades indígenas, porque entran despojan, destrozan y se retiran una vez que logran sus ganancias, sin tomar en cuenta los daños a futuro”.

El cuidado de los cerros, las áreas verdes en lo más alejado de la zona urbana, ha sido vigilado por los indígenas pero hay riesgos latentes como son las minerías, empresas transnacionales y otras más que van a tratar de acabar con todo lo que tengan a su paso con tal de obtener un beneficio económico para ellos, señaló Anastasio Hidalgo Miramon.

El también sacerdote de esta diócesis expresó y sostiene que en este país, desde hace más de 500 años los pueblos indígenas han sido discriminados, esto al ver que una masacre solo le dolió a los familiares y a la comunidad en la que vivían, porque han visto que no se ha hecho justicia, se le dio carpetazo al multi homicidio en Coxcatlan más de un año del trágico hecho.

En un inicio les dieron apoyo para salir de su comunidad, les buscaron un lugar para refugiarlos pero al final quedó relegado el tema, causando que algunos regresaran a sus poblaciones por no encontrar un nuevo lugar para radicar, esto con el temor de ser atacados nuevamente en medio de la sierra.