Huauchinango, Pue.- A punto de ser inaugurada, la planta tratadora de aguas residuales de Huauchinango, en cuya construcción se invirtieron 160 millones de pesos, carece de permisos ambientales, de acuerdo con información publicada en la página oficial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Además de las vicisitudes que tuvo la obra por el reclamo de una familia sobre la propiedad del terreno donde se edificó y los accidentes por riesgo de trabajo de al menos cuatro obreros, uno de los cuales murió, desde enero pasado el trámite para la aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) -ingresado por la empresa Suydesa en septiembre de 2016 –, se encuentra suspendido por un requerimiento de información adicional.

Lo anterior, según la consulta del expediente 21PU2016HD054 hecha por este medio de comunicación en la página web de la dependencia federal www.tramites.sermarnat.gob.mx, del que se infiere que no ha sido aprobada ni rechazada la licencia ambiental de los trabajos que se realizaron dentro de la poligonal del Área de Protección de Recursos Naturales Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa, como parte de un programa de saneamiento.

También, ha trascendido que aunque la licitación del proyecto fue ganada por la empresa Arquitectura y Diseños Residenciales de Puebla S.A. de C.V., con domicilio en la colonia El Cerrito de la capital poblana, fue la constructora Diseño Arquitectura y Gestoría, la que estuvo a cargo de la obra, junto con Vanguardia Agrícola e Industrial, otra persona moral que habría sido subcontratada.

Además, durante los trabajos de la planta ha habido al menos cuatro obreros accidentados, uno de ellos, Cristóbal García Téllez -de 24 años de edad- murió en febrero pasado tras caer en una cisterna de unos 11 metros de profundidad y -según su denunció su familia- no había sido indemnizada.

Algunos empleados de la construcción indicaron que laboraban sin casco, sin guantes, sin arneses, sin una línea de soporte, sin ancladores y sin personal de seguridad e higiene industrial.

Lo que dice el presidente municipal

Entrevistado sobre la situación de la planta tratadora de aguas residuales, el alcalde Gabriel Alvarado Lorenzo informó que hay un avance del 95 por ciento y dijo desconocer la carencia de permisos ambientales ya que, es una obra que hacen en conjunto el gobierno estatal y el federal a través de la CEAS y la CONAGUA.

Abundó que en todo caso la responsabilidad que pudiera generarse por la anomalía, tendrá que responder la empresa encargada de los trabajos que, defendió, como necesarios y urgentes dada la contaminación de los ríos en los que se vierten los desechos y precisó que ya se hizo una separación de los colectores de aguas pluviales y residuales. Sin embargo, precisó, será cuando ya esté en marcha, que se defina el destino de las aguas tratadas.

Descripción e incidencias

La planta tratadora de aguas residuales y los colectores marginales que la alimentarán fueron instalados en la zona de Totolapa, a orillas del río del mismo nombre y de la carretera federal México-Tuxpan en el lugar conocido como El Sifón, presuntamente en un área donada por la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro al municipio de Huauchinango.

Sin embargo, en diciembre pasado, miembros de la familia Marroquín Luna reclamaron el sitio como de su propiedad y bloquearon el acceso al mismo con un cerco y camiones, además de promover otras acciones legales. La ocupación terminó en enero de 2017 cuando personal de la Secretaría General de Gobierno (SGG) y elementos de las policías Estatal y Ministerial desalojaron el predio, diligencia que según la familia se hizo “sin orden de algún juez”.

Las obras de la planta de tratamiento de aguas residuales de Huauchinango incluyen la reparación y ampliación de los colectores marginales de La Palpa, San Juan (3N) y Santa Catarina, cuya construcción dio por terminada el exalcalde Carlos Martínez Amador (2005-2008) –director estatal del Colegio de Bachilleres-, pero a la fecha no han cumplido sus funciones de saneamiento, por lo que las aguas negras siguen cayendo a los ríos Texcapa y Chapultepec, entre otros que desembocan en las presas de Necaxa y Tenango.

Según un análisis de las agua residuales que se acompañó al proyecto y fue elaborado por la empresa Sistemas de Ingeniería Ambiental, no cumplen con los límites establecidos en la NOM-01-SEMARNAT 1996, pero pueden ser tratadas biológicamente debido a que la carga “orgánica e inorgánica, no es tan alta”.

El proyecto contempla también la construcción de un cárcamo de bombeo, con una un reactor biológico anaerobio para el proceso primario y para el proceso secundario un tratamiento mecanizado; además de que en el tren de agua deberá hacerse un tanque de desinfección del efluente con luz ultravioleta para el secado de los lodos generados en el proceso.

La obra es un viejo anhelo para lograr el saneamiento de la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa, un área natural protegida, que resiste la presión de las actividades de sus más de 160 mil habitantes.