La  protesta se realiza en contra de la compañía estadunidense Halliburton y Petróleos Mexicanos (Pemex) pues a decir de lugareños no reciben beneficios pese a la apertura de los pozos petroleros y temen daños irreversibles en los mantos freáticos, sus terrenos y su salud, por el uso de la fractura hidráulica que ha sido prohibida en varios países europeos y algunos estados de Estados Unidos.

Dijeron que están enterados de las consecuencias de la fractura del subsuelo y de la aplicación de más de 500 químicos para provocar la salida de los hidrocarburos que se encuentran a grandes profundidades y que afectan seriamente al sector agrícola, además de propiciar movimientos sísmicos y contener sustancias cancerígenas, por ello decidieron impedir el acceso a camiones de estas empresas desde la mañana de este martes y permanecen en el sitio.

Con cartulinas fosforescentes en las que se lee: “es una bergüenza estar rodeado de Plataformas y No tener ningún apollo hacia la comunidad Los Tarros” (sic), los vecinos instalaron un plantón bajo una delgada lona color azul para protegerse de los rayos del sol en esta región de la sierra norte del estado de Puebla.

De acuerdo con los pobladores, ni las petroleras extranjeras, ni Pemex han dado apoyo a la comunidad. Tampoco han hecho “mejoras en nuestros caminos destrozados por los mismos camiones pesados, ni apoyos encaminados a la salud, al deporte o cualquier otra área que beneficie a nuestra comunidad”, expresaron molestos.

Esta protesta se suma a la de pobladores del municipio de Castillo de Teayo, en Veracruz, quienes han boqueado 84 pozos petroleros, en cuyos plantones participan al menos 10 localidades. Los quejosos exigen una negociación justa con las autoridades y compañías petroleras para la mejora de sus caminos.

En ambos estados, los pobladores fueron respaldados por sus alcaldes, quienes intervendrán para garantizar obra pública con recursos de la ex petrolera del estado.

Francisco Z. Mena, Venustiano Carranza y Pantepec forman parte del Proyecto Aceite Terciario del Golfo del yacimiento Paleocanal de Chicontepec donde un 65 por ciento de los 4 mil 75 pozos petroleros existentes fue perforado con fracturación hidráulica o fracking debido a la enorme complejidad geológica de la región, según la Alianza Latinoamericana frente al Fracking en su informe “Última Frontera: políticas públicas, impactos y resistencias al fracking en América Latina”

Aunque el ATG ha sido uno de los proyectos petroleros con mayor inversión, su producción diaria en el 2016 por pozo fue de apenas 17.5 barriles, es decir, 44 mil barriles diarios en esa región y de 144 millones de pies cúbicos de gas cada 24 horas. 

“Ello implica que se tengan que perforar un número creciente de pozos para mantener la producción -con la consecuente- ocupación extensiva del territorio, y el desplazamiento de la población y de las actividades productivas de las zonas afectadas; así como el uso y contaminación intensivos de bienes como el suelo, el aire y el agua”, señala.

Además se ha afectado a la población, indígena y campesina en su mayoría, que desconoce el uso del fracking y menos ha sido consultada sobre él, y ha dañado a los ecosistemas de estas regiones.

De acuerdo con datos oficiales, en la región se han abierto con fracking al menos 233 pozos petroleros: 121 en Francisco Z. Mena, 98 en Venustiano Carranza y 14 más en Pantepec,  todos ellos ubicados en la provincia geológica Tampico-Misantla.