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La tormenta le quitó el sueño a toda una comunidad de Huauchinango

La lluvia de este fin de semana ocasionó que al menos 30 personas abandonaran sus casas en Xaltepec, para buscar refugio en lugares más seguros

Huauchinango, Pue.- En Xaltepec ya nadie duerme bien, dicen sus habitantes al tiempo de señalar que por la copiosa lluvia que se registró este sábado por la noche, unas 30 personas abandonaron sus viviendas y el resto se mantuvo alerta porque el río se salió de cauce y corrió por las empinadas calles del pueblo donde hace un mes la tormenta Earl arrasó con al menos 20 vidas. En ese sitio aún no se concluye el desazolve de viviendas, de drenajes y la apertura de canales.

En medio de los preparativos de su fiesta patronal, los habitantes de la comunidad ubicada en la ribera de la presa de Nexapa, abren zanjas para que mañana, los niños que irán a clases no tengan que caminar entre el agua que escurre rumbosa entre la grava y el barro que el pasado 6 de agosto bajó del Cerro Frío y el Cerro Grande.

Anoche llovió fuerte, asegura Gilberto Hernández Santos quien habla mientras da palazos entre el agua que además del arroyo salió de las alcantarillas y llegó hasta las casas de sus vecinos de Papatlatla, que trabajan junto a él en el barrio Tlapehuala.

“Ayer nos espantamos porque toda el agua estaba brotando de ahí. Con mi esposa y con mis hijos salimos de inmediato. Nos fuimos con los vecinos. Pero otros no tienen a dónde ir  y entonces todo se lo dejan a Dios”, agrega.

Aunque hubo pequeños deslaves en el camino que va de Papatlazolco a Xaltepec, los pobladores consideran que anoche no pasó nada, comparado con lo que sucedió el 6 y 7 de agosto, aunque el río que pasa por su pueblo se hizo grande y a su paso dañó la carretera. Por eso hicieron un llamado de atención a las autoridades para que hagan un puente o por lo menos desazolven el torrente.

Enrique Ramírez Ocampo, fue agente subalterno de Xaltepec, pero además es integrante de una de las bandas de música de viento que caracterizan a su pueblo. Aquí, asegura, el presidente auxiliar Norberto Gómez no le ha dado mucha importancia a los trabajos de limpieza del lodo que cayó hace casi un mes, por lo que los habitantes del barrio donde está la calle principal han organizado faenas para realizarlos.

“Nada más se ha puesto a las vivas para las despensas, para el maíz, pero no para lo que puede servir a todo el pueblo. Nos habían prometido que nos iban a pagar los jornales, trabajamos 14 días seguidos después del deslave, pero no lo han hecho. No nos han pagado, pero seguimos trabajando porque somos del pueblo y a ver qué pasa en nuestra feria de la Virgen de La Natividad que es el mero día 7”, agrega.

Hay que limpiar “la gruta” y el manantial de La Natividad porque su agua, contrario a la sensación de miedo que ahora les causa la lluvia, es muy milagrosa.

Y es que hay que prepararse para ir a tomar del agua prodigiosa, hay que bañarse al pie del nacimiento de líquido, primero para darle las gracias por los que salieron con vida del vendaval y rezarle por los muertos; pero también para pedirle que cuide y proteja al pueblo que desde hace un mes “ya no duerme bonito”. 

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