• Huauchinango

Tras deslave, Silvina sólo pudo rescatar la factura de su automóvil

La habitante de Xaltepec, en Huauchinango, aseguró que su casas estaba nueva y que trataba de rehacer su vida en ella.

Huauchiango, Pue.- En el refugio de Papatlazolco, Silvina Castro recibió la dura noticia: se quedó sin la modesta casa que fue fruto del arduo trabajo de toda su vida, pues le notificaron que ya no podrá regresar a su hogar en Xaltepec porque el cerro "se la comió" hasta dejarla enterrada bajo el lodo, además que está en una zona de riesgo.

A las 22:00 horas del sábado, el caudal empezó a hacer mucho ruido, casi un sonido normal cuando aumenta su corriente, pero el agua se metió a su vivienda hasta alcanzar un metro.

Enferma de diabetes, el día del desastre causado por Earl, el azúcar le subió a 400 cuando se dio cuenta que su hijo y su pareja casi mueren al regresar a la casa para buscar la factura de su automóvil; ese fue el único documento que lograron rescatar.

Ella pudo salir rápidamente, ambos hombres quedaron atrapados por unos momentos dentro de la vivienda, y es que la puerta se atascó, y de no ser por uno de sus hermanos quien logró destrabarla, no habrían logrado huir de la creciente.

Silvina cuenta que estaba intentando rehacer su vida y que ahora se quedó sin nada, Su casa estaba nueva: le acababa de echar la loza; pero la lluvia del sábado dañó el techo y las paredes, se llenó de lodo y piedras, y eso que estaba en el centro del poblado, específicamente en la calle Venustiano Carranza. 

También perdió unas alacenas que completaban su cocina y una cama nueva porque hace tres meses se juntó con Miguel Moreno Jiménez, quien se fue a vivir con ella a Xaltepec y lo primero que hizo fue comprarse un auto. Este sábado los familiares de Silvina se lo pidieron prestado y lo dejaron estacionado en el centro, eso lo salvó de ser arrastrado por el río.

Tras salir del lugar, tomaron el rumbo de un cerro cercano y se refugiaron con unos parientes en lo más alto de Xaltepec, en donde se aseguraron que ni el río, ni el lodo los pudieran alcanzar.

La que narró esta mala pasada de la naturaleza es una mujer que quedó viuda hace 14 años y hace 13 se fue a la Ciudad de México a trabajar en el servicio doméstico. Ella tuvo que sacar adelante a sus tres hijos.

Dos de ellos ya tienen una familia y solamente uno vive con ella, por lo que se dedicó a laborar para la construcción de su casa, “dos cuartos y una cocina, en un terreno que me dio mi mamá”.

¡Luché tanto, para perderlo todo!, así resumió Silvina su situación actual. Ahora sólo le queda la esperanza que las autoridades cumplan sus promesas y la lleven a vivir a un lugar seguro en una nueva vivienda.

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