Cuautlancingo, Pue.- A una semana de que se presentó una fuga de combustible a causa de una toma clandestina en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) entre Coronango y Cuautlancingo, 50 familias, vecinas del fraccionamiento Paseos del Roble, regresaron a sus casas.

El olor a combustible en el ambiente disminuyó aunque por momentos con el viento se puede percibir; sin embargo, la limpieza de las áreas verdes y la alberca del conjunto, -quizá el más afectado por el “briseo” de diésel- no ha sido concluida, de modo que los vecinos no pueden acceder a ellas.

La plática definitiva con personal de Pemex para determinar el monto de los daños y los mecanismos por los cuales se les pagará a los afectados se ha ido aplazando y podría ocurrir la próxima semana, reveló la administradora María del Carmen Tapia.

En este complejo habitacional que se encuentra a menos de 50 metros de donde ocurrió la fuga se afectaron 50 vehículos, fachadas de casas y algunos enseres, de modo que la paraestatal pidió a los vecinos realizar los presupuestos para llevar a cabo el pago de la reparación de los daños.

Tras los acontecimientos, los vecinos se mostraron temerosos de que una situación de mayor peligro pueda ocurrir  ya que cuando adquirieron sus viviendas no sabían del riesgo que corrían por la ubicación de los ductos.

A la fecha, los gobiernos estatal y municipal no se han acercado a los habitantes del conjunto para darles a conocer medidas preventivas.

Según narró la administradora, hace tres meses los vecinos comenzaron a ver movimientos extraños de personas en las inmediaciones, además de que el olor a combustible se presentaba con cierta persistencia; “no sabíamos que era, pero ahora sabemos que se estaban robando el combustible”, expresó.

También dejó ver la intención de algunos propietarios de iniciar un recurso legal contra el responsable de permitir la construcción en una zona de alto riesgo.