Zacapoaxtla, Pue.- Familiares, amigos, ex presidentes municipales y cronistas dieron este martes el último adiós a Leónides Cabrera Mitre, cronista de Zacapoaxtla, quien falleció el domingo pasado por complicaciones de salud.

Leticia Cabrera Munguía, hija de don Leónides explicó que su padre “siempre quiso mucho a Zacapoaxtla y la llevó incluso en sus últimos palabras”, por lo que agradeció el apoyo de la gente.  

René Cabrera Munguía, hijo del extinto historiador, señaló que fue un ejemplo a seguir para ellos como hijos y para la sociedad.

Comentó además que como una decisión de su padre serán donadas al ayuntamiento de Zacapoaxtla y al actual cronista de Zacapoaxtla, una parte de las investigaciones que realizó durante los últimos 25 años de vida, además de que otra parte será resguardada por la familia para considerar la opción de realizar un libro.

Miguel Ángel Bello Pérez, presidente de la Asociación de Cronistas, Historiadores y Narradores de la Sierra Norte de Puebla con sede en Zacapoaxtla, explicó que tiene conocimiento que Cabrera Mitre elaboró más de 140 trabajos, dejando un gran legado histórico no sólo para Zacapoaxtla sino también para municipios de la región serrana.

Explico también se le entregaron 11 trabajos que realizó el cronista y ya informó al Consejo de la Crónica para decidir qué se hará con ellos.

El actual cronista de Zacapoaxtla, Pipino Manzano Ruano, José Leónides Cabrera Mitre nació el 8 de agosto de 1927 en el municipio de Zapotitlán de Méndez, hijo del señor José Cabrera Jiménez y Cohinta Mitre Manzano originarios de Tepeji de Rodríguez y Zapotitlán, respectivamente.

Por circunstancias de la misma familia llegó a Zacapoaxtla a los 10 meses de edad, donde cursó la  primaria en el internado Pedro Molina Corona de Comaltepec y la secundaria en el municipio de Tlatlauquitepec, para posteriormente ingresar al Conservatorio de Música del Estado.

Al ser un alumno destacado, obtuvo una beca para estudiar en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en la capital del país donde estuvo al lado de grandes figuras como Alejandro Algara, Nicolás Urselay y Antonio Aguilar, quien en un principio también estudio opera.

Durante su estancia en la ciudad de México una pareja estadounidense quedó impresionado con su voz, por lo que se lo llevaron a estudiar opera a la ciudad de Illinois, en Chicago, presentándose ya como un tenor en escenarios muy importantes de aquel país como el Opera House en New York.

A pesar de las oportunidades que tuvo en el extranjero, aproximadamente en 1948 decidió regresar a Zacapoaxtla donde participó en el cuadro artístico Ariel, donde dio muestra de sus dotes histriónicas como actor protagónico de diferentes obras de teatro que se presentaban en varios municipios de la región, como Teziutlán y el mismo Zacapoaxtla.

En ese entonces llegó a tener contacto con personas del medio artístico de la época del cine de oro, como Joaquín Pardavé, quien en diferentes ocasiones visitó la sierra nororiental del estado y a la familia Cabrera Munguía.

En el aspecto cultural Leónides Cabrera puso en alto el nombre de Zacapoaxtla en foros de crónica.