A pesar de que la administración de Mario Marín erogó en el velódromo “Salomón Jauli Dávila" uno de los presupuestos más altos de su sexenio, el techo del inmueble se desplomó a finales de junio debido a las intensas lluvias.

La Secretaría de Educación Pública aseguró que la reparación del velódromo que se ubica en Cuautlancingo, tardará al menos tres semanas más.

De acuerdo con la dependencia,  la obra está asegurada, por lo que el costo de las reparaciones correrá a cargo de la empresa que tiene a su cargo el seguro, misma que aún afina el costo final que tendrá la compostura.

La dependencia señaló que la reparación consistirá en la colocación de una sola pieza como techo en lugar de dividirla en dos, como anteriormente se encontraba.

Fue el pasado 30 de junio cuando las intensas precipitaciones pluviales derribaron el techo del inmueble deportivo, que fue construida durante la pasada administración estatal, a cargo de Mario Marín Torres, e inaugurada casi al final de ese sexenio.

Inversión millonaria

La obra, que se encuentra dentro del  Complejo Deportivo Metropolitano del municipio de Cuautlancingo, a un costado del Periférico Ecológico, requirió una inversión de 135 millones de pesos, y fue concebida como un inmueble para albergar a ciclistas de alto rendimiento, incluso su edificación contó con el aval de la Unión de Ciclistas Internacional (UCI).

Sin embargo, hasta noviembre pasado el velódromo se encontraba carente de mantenimiento y de actividad deportiva y, en casos extremos, incluso sirvió como escenario para la presentación del payaso “Cepillín” en abril de 2013, y en mayo para el festejo del Día de las Madres, eventos organizados por el ayuntamiento de Cuautlancingo.

La obra se encuentra ubicada a un costado del Periférico Ecológico y lleva el nombre del extinto director del INPODE durante la administración estatal anterior: “Salomón Jauli Dávila”.

Semillero de ciclistas

Fue una de las últimas obras que inauguró el ex gobernador de Puebla Mario Marín Torres, quien en su momento refirió que serviría como semillero de pedalistas y de formación para los niños y jóvenes de la entidad.

El costo del inmueble representó uno de los presupuestos más altos que la administración anterior erogó para la edificación de obra, y alberga el velódromo así como el “patinódromo” y su edificación fue dividida en dos etapas a lo largo de dos años.