Huauchinango, Pue.- Fuera de control, con cientos de kilogramos de basura y litros de lixiviados esparcidos por el camino que va de Nopala a Alseseca en Huauchinango, la empresa Inmobiliaria Tierra Mexicana, abandonó este fin de semana el tiradero que afecta a comunidades indígenas como Alseseca, Matlauca y Nopala.

A menos de 72 horas de la denuncia pública de los pobladores, la contaminación se agravó y las afectaciones a éstas y otras comunidades aledañas, debido a un deslave en la excavación donde los empresarios tiran la basura de los habitantes del municipio de Huauchinango.

El deslizamiento de tierra provocó la salida de los desechos hasta el camino vecinal donde están regadas, a lo largo de unos 500 metros, gran parte de las 60 toneladas de basura que desde mediados del pasado mes de agosto se han echado sin ningún tratamiento en el hueco dragado con permiso de la Semarnat, en el corazón del bosque de niebla de Nopala.

Sin embargo, hasta el cierre de esta edición ninguna autoridad ecológica como la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) o su símil estatal, han evaluado la magnitud de las afectaciones, ni deslindado la responsabilidad que hay por la presunta comisión de un delito contra la ecología.

En tanto, las biólogas Nelly García Batalla, encargada del “relleno sanitario” y la administradora, Geazul García Quiroga, ambas empleadas de Inmobiliaria Tierra Mexicana, propietaria del lugar, comunicaron a funcionarios de la Dirección de Ecología del municipio que decidieron cerrar el tiradero.

La medida tomada por Tierra Mexicana fue interpretada por las autoridades locales como la intención de los empresarios de evadir su responsabilidad ante el daño ambiental causado, además de que implicaría el incumplimiento del contrato de prestación de servicios firmado con el ayuntamiento.

Por el momento, la basura de los huauchinanguenses volverá a ser depositada en el relleno sanitario de Zacatlán, a casi 46 kilómetros de distancia.

Larga y mala historia

Pero la historia de incumplimientos no empieza ahora: En enero pasado la Semarnat aprobó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en favor de los empresarios, pero para la construcción de un “relleno sanitario de alta compactación”. Los desechos pasarían por una banda de selección que clasificaría los que pudieran reciclarse para su compactación y venta. El resto de los residuos que no sean seleccionados serán llevados por la banda a una prensa hidráulica de alta compactación y flejados en forma de pacas, para su disposición en la celda de confinamiento”, se aseguró, pero esto nunca sucedió.

La instalación del “relleno sanitario” privado en Nopala, así como la concesión del destino final de los desechos del municipio de Huauchinango por 25 años a la empresa Inmobiliaria Tierra Mexicana, fue abiertamente promovida por el ahora delegado especial de la Secretaría General de Gobierno, Omar Martínez Amador, quien días antes de dejar la presidencia municipal quiso obligar a su sucesor al uso inmediato del tiradero, argumentando que ya existía una “celda de emergencia” para tal fin.

Fue la misma Semarnat la que se encargó de desmentir al ex alcalde al dar a conocer, entre otras cosas, que no se había autorizado la construcción de la supuesta celda de emergencia.

La empresa, a través del biólogo Gustavo Robles Mendoza, dio a conocer que se cobrarían 3.2 salarios mínimos por tonelada de basura compactada, es decir 280.04 pesos en la fecha del anuncio. Mientras que en el estado de Tlaxcala donde operan un depósito similar únicamente cobran 74.57. Por lo que en Huauchinango querían obtener un margen de ganancia superior en 300 por ciento.

Sin embargo, tras una negociación, el alcalde Gabriel Alvarado Lorenzo pactó una tarifa de 120 pesos por tonelada -160 pesos menor-, que implicaría un desembolso diario de 7 mil 200 pesos, 216 mil pesos al mes por el uso del tiradero; y no los 504 mil pesos mensuales que pretendían ganar los socios de la empresa.

Sin embargo, aclaró en abril pasado, si el relleno privado no cumple con las expectativas ambientales que tiene planteadas la administración que encabeza, podría continuar insistiendo en la necesidad de construir “un relleno sanitario intermunicipal”.

Finalmente el tiradero solamente pudo ser usado hasta mediados de agosto pasado y un mes y medio más tarde colapsó por su mal manejo y por las condiciones adversas de la región para este tipo de instalaciones que, fueron advertidas, pero desdeñadas tanto por los empresarios como por la propia Semarnat.

La ex directora del Área Natural Protegida Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa, Silvia Niembro, descartó en su momento que el hecho de instalar un relleno sanitario en el bosque de Nopala, en Huauchinango, “vaya en detrimento del área protegida y no existe una prohibición, incluso para la existencia del mismo, porque la ANP no se es un parque nacional”.