• Opinión

La crisis migratoria en la frontera norte

  • Erika Nieto

Desde hace ya varias semanas somos testigos de imágenes e información en los diferentes medios de comunicación sobre los miles de niños y mujeres que llegan a la frontera norte de México, provenientes tanto de nuestro país como de Centroamérica, principalmente, en busca de una nueva oportunidad de vida. Observamos como diversas organizaciones pro-migrantes apoyan a estas personas recibiéndolas en albergues establecidos en ciudades de la unión americana como Brownsville, Texas.

Las imágenes nos muestran a residentes e incluso ciudadanos norteamericanos ayudando con alimentos, ropa y una estancia temporal a niños y sus madres que son abandonados en la frontera por los “polleros” y que no ven otra alternativa más que entregarse a la “migra”.

Los albergues son lugares “estilo americano”, amplios, limpios y con todos los servicios; lugares muy diferentes a las comunidades de donde provienen los migrantes, donde la pobreza, la falta de servicios básicos como el agua o la pavimentación son el común denominador.

Ahí los pequeños reciben hasta juguetes para distraerse mientras su madre recibe documentación para “ir al juicio”  donde la autoridad estadunidense determinará si es deportada o no a su país de origen.

Una “probadita” del sueño americano

Durante algunos meses recibirán una probadita de ese “sueño americano” que los migrantes han buscado por décadas, no les faltará vestido ni alimento saludable, sus hijos serán atendidos por profesores y especialistas en educar menores, de ser necesario utilizarán servicios de salud y de ser aprobada su estancia temporal en Estados Unidos, las mujeres serán apoyadas para encontrar un trabajo lo más pronto posible y recibirán orientación para llegar donde sus familiares ya se establecieron en la unión americana.

La situación migratoria actual ya está obligando al gobierno estadunidense a extender a otros estados como Alabama el establecimiento de albergues temporales a para los migrantes, con todo y el rechazo que estas alternativas están provocando tanto en autoridades como en ciudadanos de ese país.

Lamentablemente estas son las acciones y las imágenes provocadas por la corrupción en la que viven países como México y los que se encuentran en Centro y Sudamérica, gobiernos llenos de corrupción que generan violencia, pobreza, falta de oportunidades para que sus habitantes tengan una vida digna y carencias no sólo económicas, sino educativas, en infraestructura y sociales.

Solo uno hace el esfuerzo

Ante la crisis migratoria en la frontera norte de México sólo un país es el que pareciera estar trabajando para acabarla y ese es Estados Unidos, el único afectado social y políticamente hablando.

Algunos países centro americanos ya se declararon incompetentes para detener a sus ciudadanos en su país y así evitar su recorrido hacía el norte del continente.

En México se han lanzado algunas iniciativas pero no están destinadas a llegar a la raíz del problema, a solucionar la crisis económica en la que viven millones de mexicanos, en la generación de empleos, la atracción de capitales, en la mejora de los salarios, ninguna iniciativa que propone el Gobierno Federal acabará con las razones de los migrantes mexicanos para subir a “La bestia” y emprender el viaje que, muchas ocasiones, no tendrá un final feliz.

 

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