• Huauchinango

Congrega Cuicauila a propios y extraños para la Feria del Tamal

Hoy a todo mundo le nació visitar Cuaucuila, los comensales llegaron en microbús, en taxi, en camionetas, de a raid.

Huauchinango, Pue.- Por primera vez en muchos años, los habitantes de la comunidad de Cuacuila en Huauchinango cobraron en un peso sus tamales durante la Feria del Tamal, y aunque fueron consumidos por propios y fuereños varios cientos de rojo, de verde, canaxclitos (de frijol), de puño, de huevo adentro, quedaron en los chiquihuites.
 
Hoy a todo mundo le nació visitar Cuaucuila, los comensales llegaron en microbús, en taxi, en camionetas, de a raid, en carro particular, a pie, cualquier forma fue buena para darse cita en el lugar donde supusieron que como cada año les regalarían los suculentos envoltorios.
 
La festividad inició una hora más tarde de lo anunciado, estaban esperando al presidente municipal Gabriel Alvarado Lorenzo para que hiciera la inauguración, pero sólo envió a su síndico Juan Carlos Zaragoza Cruz y a la secretaria de Turismo Luz Anduaga que coordinó la celebración junto con la autoridad auxiliar.
 
Para que fuera posible la fiesta del tamal en Cuaucuila se entregaron 500 pesos a cada una de las mujeres encargadas de manufacturar mil tamales cada una, pero muchas no quisieron participar porque tenían que cobrarlos a un peso “mejor nos vamos a vender al mercado”, indicaron.
 
Pese al retardo en la inauguración, lo tamales fueron consumidos pero no tan rápidamente como otros años. Lo que sobresalió fue el programa cultural, hubo músicos tradicionales interpretando xochisones, el ballet del bachillerato “Ricardo Pérez Márquez” dirigido por Marcos Alderete presentó el ritual de pedida de mano y la danza de Santiagueros. Miemtras que el Tlaltecatzin de Paco Domínguez interpretó la  Boda Huasteca y la Danza de Negritos.
 
Además se presentó el trío Dimensión Huasteca que tocaron los sones El Caballito, El Conejo y el Xochipitzáhuatl que además fue bailado durante el enfloramiento por las autoridades, algunas de las cuales nunca agarraron el paso, mientras otras, estuvieron instaladas en “vedette”, dijeron los presentes.
 
A doña Teresa Parada le tocó “hacer tamales de molito verde, de mole rojo y frijol”, lleva 15 años haciendo preparándolos y los vende en las ciudades de Puebla, Pachuca y México, es más, a donde la llamen, ella lleva las entregas, pues cuenta que prácticamente desde que se casó se dedicó a vender los tamales para ayudarle al marido en la economía de la casa.
 
Luz Santiago, es una tamalera de tradición, tiene entre 36 años que se dedica a la venta de este alimento tradicional, ella se pone con su chiquihuite en la entrada del mercado municipal de la ciudad Huauchinango, antes llevaba su producto a vender a Poza Rica Veracruz, Pachuca y Tulancingo Hidalgo, “ahora sólo se queda en Huauchi porque ya está viejita”, según sus propias palabras.
 
Doña Luz en esta ocasión elaboró 700 tamales. Hizo “los que le salen mejor, los de verde, rojo y fríjol”, aunque presume que todos le quedan bien. ¡Tan bien! Que a la hora de repartirlos, los visitantes solicitaron su teléfono o dirección, y como doña Luz sabe de su sazón, iba preparada hasta con su teléfono anotado para que los interesados sólo lo copiaran.

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