Huauchinango, Pue.- Con el argumento de implementar “razones de seguridad” empleados municipales de Huauchinango reubicaron a vendedores semifijos instalados en la calle Manuel Ávila Camacho hacia la banqueta de Corregidora, donde los hacinaron en espacios menores a un metro cuadrado dada la proliferación de personas dedicadas a esta actividad.

La medida ejecutada a medio día de este martes generó reacciones contradictorias entre la ciudadanía, por un lado hubo quienes aplaudieron el traslado de los comerciantes que se colocaban sobre la acera y en el arroyo vehicular de la Ávila Camacho; mientras que la Unión de Defensores de Derechos Humanos (UDDH) la calificó como de “racismo institucional”.

Sin embargo, los vendedores que fueron removidos manifestaron su inconformidad debido a que dijeron que el espacio que les asignaron es muy pequeño y su mercancía sufrirá daños, provocándoles pérdidas económicas de hasta “200 pesos diarios”, y externaron su preocupación por la posibilidad de que sean conducidos a la explanada 5 de Mayo, donde se encuentra el mercado que dejaron inconcluso los ex alcaldes Carlos y Omar Martínez Amador.

La UDDH criticó la determinación del ayuntamiento que encabeza Gabriel Alvarado Lorenzo y dijo que su actuación es “contradictoria” pues por un lado les cobra 20 pesos diarios por el derecho de piso y por otro les “quita su única fuente de ingreso para el alimento de sus familias, sin darles una alternativa justa y que asegure su manutención”.

Los defensores de derechos humanos añadieron que puede considerarse que en esta decisión hay “racismo institucional” debido a que mientras el gobierno municipal desarrolla “su bella Feria de las Flores están quitando a las indígenas que venden (afuera del  mercado). La mayoría son mujeres, madres solteras, que ganan de 20 pesos a 40 pesos diarios. Con eso sobreviven”.

Por otra parte, encargados del Mercado Municipal dieron a conocer que hay familias completas dedicadas al comercio semifijo, pero cada miembro tiene un puesto y esto ha hecho que aumente su número y por otra parte se ha detectado que algunas personas que tienen un local en el centro de abasto, lo están rentando a un tercero, mientras que los concesionarios  han tomado las calles como punto de venta.