Piaxtla, Pue.- La población de Tlaxcuapan, ubicada a escasos 20 minutos del municipio de Piaxtla, es el lugar donde se encuentran los yacimientos más importantes de sal de la región, un producto cien por ciento orgánico elaborado de forma artesanal desde la conquista de los españoles, pero a pesar de ser sal de excelente calidad, quienes la elaboran a penas logran colocarla a 5 y 7 pesos el kilo en los mercados locales.

Según investigaciones, la sal que se produce en Tlaxcuapan es de un aditivo apreciado en la gastronomía regional por contar con un potenciador del sabor, además de ser un mineral natural imprescindible, que regula el nivel de agua de nuestro organismo, de ahí que la sal de Tlaxcuapan contiene todos los minerales del agua extraída de pozos del mismo lugar donde se encuentran los yacimientos y que según estudios presentan un contenido bajo en cloruro sódico, lo que la hace muy recomendable para una dieta equilibrada y adecuada para la salud por no contener aditivos ni tratamientos posteriores para intensificar su color y sabor.  

Mario Tovar Vázquez, regidor de Industria y Comercio de Piaxtla, dijo que están considerando en la presente administración hacer la Feria de la Sal para darle mayor valor e importancia a lo que se produce en esta región y sobre todo que el turismo conozca el lugar donde se encuentran los yacimientos y como es el proceso natural de este producto. Todo ello, con la finalidad de elevar su comercialización apoyando a los verdaderos productores que han vendió heredando este trabajo que antepasados han realizado desde hace más de medio siglo, pues son pocos los municipios que cuentan con cañadas de salinas.

El regidor mencionó que en el lugar también hay mucho ónix, mineral que hace años los japoneses intentaron explotar, pero los comuneros se negaron a dar permiso ya que consideraron que se afectaría gravemente el ecosistema de la zona y podrían además terminar con el agua para producir la sal.

Actualmente trabajan unos 200 campesinos en la elaboración de este producto. El proceso parece sencillo, ya que consiste en extraer con una bomba y mangueras el agua de los pozos que tienen en cada cañada, mandándola a los cajetes donde se inicia el proceso que necesita del sereno, de los rayos del sol y del aire natural para que el agua comience a cuajarse y  se vaya endureciendo hasta lograr su textura y color para después obtener la sal que es puesta en chiquihuites de carrizo.

Hay antecedentes de que los productores han gestionado recursos para impulsar el mejoramiento de los procesos de producción de la sal y su certificación orgánica, ya que es un recurso abundante y valioso de esta zona de la región Mixteca. Algunos consideran que con salinas tecnificadas, a través de invernaderos, se podrá tener una producción permanente del mineral todo el año, ya que actualmente la producción se interrumpe cuando caen las primeras aguas ya sea de abril o mayo.

Lo que también buscan es la certificación como producto orgánico, con lo que se podría duplicar la producción y aumentar exponencialmente las ganancias, toda vez que son los intermediarios quienes ganan más al venir y acaparar la producción, pagando un precio de hasta 5 pesos por kilo cuando en el mercado nacional lo elevan a 15 y 20 pesos.

Miguel Ángel Navarrete, regidor del Ayuntamiento de Piaxtla comentó que se busca el apoyo de empresarios migrantes para la conformación de un proyecto de exportación de la sal que se produce en Tlaxcuapan, pero es necesaria la certificación orgánica de la elaboración de la sal, para que tenga más valor en el mercado extranjero y los productores ganen más.