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Pide iglesia rescatar valores de la mujer en la celebración guadalupana

Pidió dejar de lado el machismo y reconocer a la mujer dándole el valor que se merece.

Acatlán de Osorio, Pue.- En la conmemoración del día de la Virgen de Guadalupe, el mensaje de la Iglesia católica es pedir por el bienestar de la familia, pero sobre todo por rescatar el valor de la mujer como punto clave, tanto en el ámbito religioso como político.

El Párroco Jaime Romo de la catedral de San Juan Bautista en Acatlán de Osorio, en su sermón destacó que la Virgen de Guadalupe fue una mujer con virtudes de humildad, por lo que pidió dejar de lado el machismo y reconocer a la mujer dándole el valor que se merece, ya que son el punto clave para la familia en todos los ámbitos sociales.

Reconoció la gran manifestación de fe y entrega que pueblos y barrios realizan cada año en lo que ellos llaman docenario, todo ello en la celebración previa a los festejos en honor a la Guadalupana, cuando miles de personas devotas encabezan peregrinaciones para saludar a la Imagen sagrada de Guadalupe.

El vicario de la parroquia de San Juan Bautista señaló que las palabras de la Señora del Tepeyac “deben ser luz y esperanza para todas las familias cristianas y guadalupanas que viven en humildad”.

En medio de todos los momentos más difíciles que enfrente cualquier familia en el mundo, pidió que deben recordar el mensaje de la santísima Virgen María, “qué no estoy yo aquí, que soy tu madre”, pues consideró que la mejor manera de celebrar a la Virgen de Guadalupe es acercándose a Dios y atendiendo el mando que ella le hace a sus fieles, el cual radica en la fe y en la muestra de cariño, amor y misericordia al prójimo.

El padre Jaime Romo comentó también en la homilía, que como todos los años, la fe guadalupana se mantiene más arraigada en las familias pobres que son cientos de miles de fieles, llenos de fe y esperanza que peregrinan desde el primero de diciembre, para honran a la Guadalupana en cualquier rincón de la mixteca.

Hay que recordar que de acuerdo con la historia religiosa, la Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac, en México, a San Juan Diego, el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después de la conquista de México.

Como prueba de su visita, la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen quedara permanentemente en la tilma de su siervo, y desde entonces el Tepeyac es el santuario mariano más visitado del mundo.

Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de toda la América Latina”; Pío XI, de “todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”; y Juan XXIII, “La misionera celeste del Nuevo Mundo” y “La Madre de las Américas”. En esta gran basílica Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.

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