Teziutlán, Pue.- Ante miles de personas, el arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong, se despidió de los teziutecos a quienes pidió siempre sonreír y dijo que siempre los llevará en el corazón junto con la Diócesis de Papantla con cabecera en esta ciudad, porque dijo aquí aprendió a ser obispo y papá espiritual de todos.

Entre porras y aplausos, monseñor Jorge Patrón fue en varias ocasiones interrumpido por los fieles que se dieron cita en Catedral para presenciar la última celebración religiosa, pero sobretodo para despedirse de quien renovó y revitalizó la fe de los católicos y visitó cada uno de las rincones de esta Diócesis.

Hace menos de cuatro años llegó proveniente de tierras yucatecas para ser obispo coadjutor y hoy con la presencia de su mamá, Carmen Wong y de su familia a quien se les vio emotivos, la Perla de la Sierra despidió a quien fue su pastor, ahora como Arzobispo para estar al frente de la Congregación del Clero para los seminarios de todo el mundo.

En una celebración religiosa que duró más de dos horas, el arzobispo Jorge Patrón no pudo contener las lágrimas al dar el mensaje final a los fieles de la Diócesis de Papantla, a quien ha dicho que "el primer amor nunca se olvida" y que volvió a reiterar diciendo que siempre los llevará en su corazón.

Y fue justo en ese momento cuando apareció un mariachi que bajo los acordes de las guitarras y los violines tocaros “Las Golondrinas”, después una pequeña como de siete años de edad le cantó al séptimo obispo, “Amigo”, la canción que un día México le cantó a Juan Pablo II cuando por primera vez visitó esta nación.

Antes de iniciar la misa, el arzobispo saludó a los fieles que se encontraban en el atrio y en el interior de Catedral, pero cuando terminó y ya con la emoción, las lágrimas y la fe que siempre movió monseñor Jorge Patrón, se dio una verdadera aglomeración de personas de todas las edades quienes querían abrazar o por lo menos tocarlo e hicieron todo para llegar hasta donde estaba o por donde caminaba.

En una breve entrevista, dijo que al terminar el año de la fe, “vamos a prepararnos como misioneros” y prepararnos para recibir al octavo obispo de Papantla, “va a recibir una Diócesis renovada, llena de vida, llena de Dios y que continúe siendo ejemplo de Iglesia Diocesana para Veracruz y para México”.

El arzobispo secretario para la Congregación del Clero de los Seminarios en todo el mundo, pidió a la Diócesis de Papantla, siempre sonreir porque dijo no están solos. También mencionó que  cuando llegó de Yucatán, físicamente llegó solo, pero que siempre estuvo acompañado por la gente de Teziutlán y de Papantla que lo hicieron sentir en familia, “tu eres nuestro, tu eres teziuteco”.

Dijo que desde entonces fue el papá espiritual de esta Diócesis, “gracias porque me hicieron un papá feliz, un buen obispo papá”.

Durante la celebración religiosa, los aplausos, la alegría, las porras de los presentes interrumpieron a monseñor Jorge Patrón y fue cuando se escuchó una voz que decía, “llévanos contigo”, a lo que el arzobispo respondió que siempre en su corazón llevará a la Diócesis de Papantla.

El arzobispo también agradeció a todos los medios de comunicación que lo hayan acompañado en su caminar desde que llegó a esta Diócesis, “porque siempre me abrieron sus corazones” y porque dijo llevaron su mensaje, “les recordaré siempre”.

Al finalizar la misa, el arzobispo de nuevo se despidió de los asistentes, muchos de ellos desde la calle Hidalgo, y desde la barda de la plaza cívica le decían adiós, grababan videos, le pedían la bendición y hasta lloraban por su despedida que se prolongó hasta minutos antes de las 3 de la tarde.

El mensaje de una madre

Para la señora Carmen Wong, mamá de monseñor Jorge Carlos, dijo que es la mujer más feliz y que le entrega a Dios a su hijo, con toda la confianza y con todo su amor, “a todas las familias les digo que lo único que una madre tiene que dar es amor”.

La misión

El arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong desempeñará una nueva misión en el Vaticano como secretario de la Congregación de los Seminarios en todo el mundo y que en la actualidad tiene 100 mil seminaristas y desde ahí, no solo acompaña y será los ojos y el corazón de los seminarios, sino renovará la fe de los católicos en los cinco continentes desde adentro, desde la formación de los futuros sacerdotes y despertando las vocaciones sacerdotales.