San Pablo Anicano, Pue.- Éste es un municipio con mucha pobreza, como otros más de la Mixteca poblana de donde por falta de trabajo, hombres y mujeres siguen emigrando en busca del trillado sueño americano

Algunos dejan esposa, padres e hijos, se van con la única ilusión de ganar dólares para mandarlos y cambiar un poco las condiciones en que se vive en esta región donde por falta de agua la tierra ya no quiere dar de comer.

De aquí, de San Pablo Anicano, emigró Leobardo López Pascual, dejó esposa e hijos para luchar por ellos en otro país. Luchón como todos los mixtecos, consiguió trabajo en el piso más alto de las Torres Gemelas, lugar donde cinco mexicanos fallecieron en los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Entre los mexicanos fallecidos en esta tragedia, ahora se recuerda la muerte de tres poblanos: Antonio Meléndez de Izúcar de Matamoros, Antonio Javier Álvarez de Cuayuca de Andrade y Leobardo López Pascual de San Pablo Anicano.

En el municipio los habitantes recuerdan a Leobardo como un muchacho muy alegre, pues antes de emigrar, dijeron que era músico, tocaba en un grupo musical y así se ganaba la vida. Otros comentaron que si el destino no se lo hubiera llevado a los Estados Unidos, es muy probable que Leobardo todavía viviera en su natal San Pablo.

Sin embargo las cosas son muy distintas, como también ha sido para otros migrantes mixtecos que han salido de esta región y ya no regresan con vida. Algunos señalan que es fundamental aprender las lecciones de la historia para que ésta no se vuelva a repetir, y que por encima de las diferencias debe estar la paz y la prosperidad de las comunidades.

Ana Pascual Ortiz, de San Pablo Anicano y madre de Leobardo sólo recuerda que perdió a su hijo en el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. La noticia la dejó muy mal sentimentalmente.

Leobardo López Pascual fue el único poblano que oficialmente murió en el atentado, aunque después fueron reportados más paisanos que se daban también por desaparecidos a causa del atentado.

A doce años de la tragedia, todavía siente y le duele mucho lo que le sucedió a su hijo, califica como una cobardía el plan de los terroristas, pues dice que murió “mucha gente pobre que no le hacía daño a nadie”, y critica a los responsables que no se hayan tentado el corazón para planear que dos aviones comerciales se estrellarán contra los edificios de la isla de Manhattan.

En San Pablo Anicano Leobardo López participaba en la banda de música del pueblo, sabía tocar varios instrumentos de viento, era muy joven, alegre y conservador de las tradiciones. Le gustaba la música y por eso quería ganar dinero para formar su propio grupo musical; ese sueño ya no pudo lograr. Y lo que es peor, a 12 años de la tragedia, Ana no sólo ha perdido un hijo, pues desde que su nuera recibió la indemnización estadunidense no ha vuelto a verla ni ella y ni a sus nietos, porque emprendieron camino hacia Estados Unidos para encontrar una vida mejor.