Hace unos días las redes sociales se llenaron de comentarios encontrados luego de que el Gobierno del Estado de Puebla informara que iniciaría la defensa del poblano que fue golpeado por el cuerpo de seguridad del aspirante a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump durante un evento en la ciudad de Nueva York.
Esa defensa se realizaría por parte del personal de Mi Casa es Puebla en Nueva Jersey a través de asesoría legal durante la demanda que ya solicitó en contra del aspirante republicano.
Y aunque también a través de las redes sociales el mandatario poblano condenó las acciones racistas del multimillonario lo cierto es que es muy fácil ofrecer apoyo a quién solo se ha defendido en territorio norteamericano luego de 30 años de radicar en ese país. Mientras que en Puebla la reforma electoral recién aprobada y enviada por el propio gobernante poblano no permite, precisamente a esos poblanos que viajaron a Estados Unidos buscando oportunidades laborales, ejercer su derecho de voto en el proceso electoral del 2018.
Así que lo mejor sería apoyar a ese poblano y a los miles que diariamente cruzan la frontera norte de nuestro país para luchar por la posibilidad de un “sueño americano”, mejorando las condiciones de vida de sus familias aquí en Puebla. De todos modos esos poblanos en Nueva York siguen aportando a la economía poblana a través de sus remesas y sus derechos aquí en Puebla, también deberían ser defendidos.
Aquel 2001
El 11 de septiembre de 2001 y las semanas posteriores no se le olvidan a la familia Rodríguez que vive en WestChester, Nueva York, Estados Unidos. Aquella mañana creyeron que era el final de su lucha por una mejor forma de vida en la Unión Americana. La madre y los hijos habían llegado solo dos años atrás. El padre tenía más de una década trabajando en ese país.
El padre, el hijo y dos sobrinos trabajaban en la construcción cerca de Boston y salieron poco antes de las 8 de la mañana para abordar el tren que los llevaría a su trabajo. La parada se encontraba a tan solo unas cinco cuadras de su casa.
Las noticias de la mañana que habitualmente acompañaban el desayuno de la madre y las hijas les dieron las primeras imágenes del incendio en lo más alto de la primera de las torres, mismas que no conocían porque desde que arribaron a territorio norteamericano veían a Manhattan como la zona más peligrosa para los indocumentados, “está muy vigilada y las calles llenas de policías”, decían. Así que no arriesgaban su estancia y no se alejaban de su zona de vivienda y su trabajo.
No pasaron muchos minutos para que las noticias hablaran del terror y el caos que empezaba a vivirse en todo Estados Unidos, las comunicaciones empezaron a colapsarse y no hubo forma de hablar con sus familiares durante varias horas.
A diferencia de muchas familias, ese día los Rodríguez se reunieron por la tarde sin problema alguno ni lamentando pérdidas. En las calles y casas aledañas la desolación crecía a cada minuto. Sobre todo en las estaciones de bomberos y la de trenes donde al pasar de los días, las fotografías de los que nunca regresaron inundaron las paredes.
Comentarios vía twitter: @erinife
Correo electrónico: erinife23@gmail.com
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Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Administración, por la UPAEP. Fue reportera del Periódico AL de Puebla y del Noticiero Revista 105 en La Radiante 105. Fue corresponsal para medios de comunicación en Puebla, San Luis Potosí y Chiapas desde la ciudad de Nueva York en Estados Unidos, durante los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.
También se especializó en el tema de Migrantes durante su paso por la Administración Pública promoviendo el enlace con las diferentes organizaciones de poblanos en el exterior y el Gobierno del Estado. Además es especialista en el área de Relaciones Públicas.

