Impuesto por usar el automóvil

.

Ni al más imaginativo gabinete económico, se le pudo ocurrir nuestro impuesto por usar el automóvil. No estamos hablando de la tenencia, ni de la verificación, ni del cambio placas. Ni siquiera del Impuesto Sobre Automóviles Nuevos. En el país se pagan todos esos y además el impuesto de la franela que es el más caro de todos.

Este impuesto se paga en pequeñas cuotas cada vez que el auto se estaciona en cualquier vía pública. “Si es vía pública, paga el público”, razonan los legisladores. En cualquier calle del país, cada vez que un auto se estaciona, paga su impuesto. Si vuelve a estacionarse más adelante, vuelve a pagar.

Se imagina cuántos millones se pagan diariamente. El sistema requiere miles de recaudadores porque cada calle, cada farmacia, cada banco, cada restaurante, cada taquería y hasta las misceláneas aclienteladas tienen su recaudador. Ese dinero no entra a las arcas del Estado porque los recaudadores cobran su comisión y se mochan para su jefe. Los jefes, a su vez se mochan para arriba y así, hasta que se acaba el dinero. “Es un sistema bonito y eficiente”-razonan los legisladores- ''Al mismo tiempo que se cobra el impuesto, se redistribuye”.

Los grandes supermercados y centros comerciales como Costco, Wallmart y Sam's están contentos con el sistema y facilitan que los recaudadores operen en sus estacionamientos porque así no se preocupan de la seguridad de los automóviles. Hay que recordar que originalmente, los policías y agentes de tránsito le echaban “un ojito” a los autos estacionados para evitar los robos. A cambio de eso, recibían una propina voluntaria. Las cosas se pervirtieron cuando la propina se convirtió en exigencia a cambio de no dañar el automóvil. Actualmente, por razones históricas, la seguridad del auto es el argumento para este impuesto.

El sistema es tan eficiente que los grupos de recaudadores se organizan de manera espontánea. El mejor indicador de que un negocio nuevo tendrá éxito es que aparezca su recaudador voluntario autodesignado.

Los economistas no acaban de ponerse de acuerdo acerca de los beneficios del sistema: unos dicen que el país es pobre porque la gente prefiere recaudar en lugar de producir. Otros dicen que es a la inversa: como el país es pobre no hay empleos productivos y por eso abundan los recaudadores. Lo que es seguro es que nadie sabe cuántos millones se recaudan.

Twitter: @memohinojosa